lunes, 1 de marzo de 2010

Lágrimas de Luz, de Rafael Marín ***

Tercera Edad Media: la humanidad languidece en la vieja Tierra mientras las naves de la Corporación llevan la Conquista a otros sistemas. Los mundos alienígenas son arrasados y explotados en nombre de la expansión humana, y estas gestas bélicas son cantadas por los poetas, hombres que a bordo de las naves componen sus poemas épicos acerca de las grandes hazañas guerreras, debidamente embellecidas, exaltadas... y deformadas.

Favorita indiscutida de la ciencia ficción española, la novela Lágrimas de luz y los relatos “A tumba abierta” y “Ébano y acero” (recogidos por primera vez de forma conjunta en un solo volumen) trasladan al mundo del space opera los elementos que dieron gloria a los cantares de gesta medievales. Partiendo de las imágenes más tradicionales de ambos géneros y haciendo gala de un estilo virtuoso rayano en lo poético, Rafael Marín dio forma a un ciclo que se ha convertido en verdadero referente para los aficionados españoles desde su publicación original en la década de los 80.


Hay libros de los que uno oye hablar durante años. Y en lo que se refiere a Ciencia Ficción, y a autores españoles, el incombustible y multifacético Rafa Marín es uno de esos nombres más repetidos. La reedicición en bolsillo por parte de Gigamesh de su "lágrimas de Luz" me dio la oportunidad de sacarme esa espinita clavada.
Al sumergirte en sus páginas, uno no puede evitar sonreír ante su regusto ochentero, aunque en ocasiones le lleve a uno al sonrojo. “Lágrimas de Luz” es por momentos horterilla y camp. Pero también lo es Star Wars, y nos encanta a todos. Esta es una historia hija de su tiempo que bebe de otros libros como Starship Troopers (Brigadas del Espacio) donde la conquista espacial se asemeja más a las campañas del Imperio Romano que a la exploración del Enterprise.
Lágrimas de Luz nos cuenta la historia de Hamlet, un joven que quiere ser poeta, un alma sensible y extraordinaria que en un momento de su vida se verá cantando la épica de la conquista espacial, que lejos de heroicidades forjadas sobre los brillantes cascos de naves espaciales, lo hace sobre los cuerpos muertos por láser de cientos de soldados y víctimas civiles.
La historia tiene un manifiesto carácter pacifista y ecológico (sí, antes de avatar también se hacían esas cosas). Pero lo que de verdad te apasionarán serán las vivencias de Hamlet. Sus vaivenes emocionales. Sus reflexiones. La profundidad con la que está escrito el personaje lo hace tierno, encantador, empático y carismático. Sus aventuras, desde que abandona la Tierra, sus estudios y formación en una colonia, y sus servicios como poeta en las naves de combate son una delicia.
Este es un libro estupendo, sólo justo antes del final parece perder un poco de ritmo, pero, sin duda, es un libro estupendo que hace disfrutar al lector. Ciertas cadencias en el argumento, así como algunos pasajes demasiado insistentes y reiterativos lastran un poco el desarrollo de la trama y harán algunos pasajes más pesados de lo deseable. Otro punto que complica un poco (sólo un poco) la lectura son ciertos pasajes demasiado líricos. Cierto es que nuestro protagonista es un poeta, pero tal vez el autor no sea uno tan bueno como su propia creación: en algunos momentos nos encontraremos leyendo poemas que nos llevaran al sonrojo, sacando unos colores en nuestras mejillas que ni algunas de las escenas sexuales descritas por Marín en el mismo texto. No sé si calificarlas de ingenuas o que, simplemente, no encajan con el tono del texto en los que van encajadas. Tal vez esa fuera la intención e Marín, la de forzar ese contraste, pero me parece un intento algo fallido, ya que estos pequeños textos (algunos en castellano antiguo, típico en fondo y forma a nuestro cantar de gesta) y floridas descripciones, me sacaron totalmente del historia. Y como lector, no me gusta qu e los textos jueguen al despiste conmigo.
En cualquier caso, el Señor Marín merece un aplauso y un reconocimiento, por su labor pionera y porque, en cualquier caso, el libro resulta estupendo.

2 comentarios:

Kelemvor dijo...

Pues mira, a mi me pasa igual que a tí; siempre he oído hablar de Rafael Marín, y de esta novela en concreto, pero nunca me he decidido a leerla.

Por lo que veo no pinta mal, y ahora que la han publicado en bolsillo puede que me haga con ella.

¿Ciencia ficción ochentera? Póngame dos!

Saludos!!

Luismi dijo...

Uno de los mejores libros españoles que he leído, original, épico y soñador

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